El parasitismo intestinal es un gran problema de salud pública que afecta principalmente a la población de estratos socioeconómicos más bajos.

Las mujeres embarazadas son un grupo en especial vulnerable ya que en este periodo tienen un requerimiento nutricional más elevado de lo normal y el parásito crece y se desarrolla a costa del organismo que lo alberga, dependiendo de la cantidad y agresividad de los parásitos.

 

 

 

Acciones para prevenir infecciones por parásitos:

  1. Acción expoliadora: los parásitos extraen del organismo los materiales necesarios para su nutrición y desarrollo, contenidos en el torrente sanguíneo.
  2. Acción tóxica: por medio de sus toxinas, los parásitos dan esos cuadros graves de anemia y estados caquécticos, que se observan en algunos casos.
  3. Acción Traumática e infecciosa: por medio de sus piezas bucales, los parásitos se fijan a las paredes intestinales provocando heridas y excoriaciones en los tejidos de sus hospederos.
  4. Acción Mecánica: Cuando existe un parasitismo intenso por áscaris, llegan a producirse verdaderos cuadros de obstrucción intestinal. Se han señalado cuadros de pseudoperitonitis en el puerperio desapareciendo el cuadro con la expulsión por vómitos de algunos ascaris.
  5. Acción Irritativa  e inflamatoria: irritación crónica la cual causa anorexia, astenia, flatulencia, dolores abdominales, epigastralgia, acidez gástrica, vómitos y diarreas.

Transmisión, diagnóstico y tratamiento.

Los parásitos pueden transmitirse a través de alimentos o agua contaminados, picaduras de insectos, contacto con animales infectados o contacto sexual.

Es fundamental diagnosticar y tratar las infecciones parasitarias durante el embarazo de manera adecuada. Esto suele involucrar análisis de sangre y heces para identificar el parásito y determinar el mejor enfoque terapéutico.

Sin embargo, el tratamiento debe ser cuidadosamente evaluado por un profesional de la salud, ya que algunos medicamentos pueden tener riesgos para el feto, por esto se considera que la prevención es la clave.

Las mujeres embarazadas deben tomar precauciones adicionales para evitar la exposición a parásitos, como seguir prácticas de higiene estrictas, evitar consumir alimentos crudos o mal cocidos, y tomar medidas contra las picaduras de insectos en áreas donde las infecciones parasitarias son comunes.

En un estudio realizado en Cuba:

Llevaron a cabo análisis parasitológicos en embarazadas y los resultados fueron alarmantes ya que un 70.7% de la población dio positivo a los estudios por tanto albergaban a algún tipo de parásito, los más comunes fueron:

  • Ameba (31%).
  • Tricocéfalos (25%).
  • Necator (19%).

Conclusión:

En conclusión, el parasitismo durante el embarazo es una preocupación importante, ya que puede tener consecuencias graves para la madre y el feto.

La prevención y la atención medica adecuada son esenciales para minimizar los riesgos asociados con las infecciones parasitarias durante esta etapa.

 

 

 

 

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Bibliografía:

  • Cruz, V. U., Nolasco, O. G., & Cruz, J. R. (2019). Parasitismo y embarazo. Revista Cubana de Medicina, 4(4-5-6).

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