La lactancia materna (LM) a menudo está rodeada de mitos y percepciones erróneas que pueden influir en las decisiones de las madres.
Es crucial explorar la verdad detrás de estas creencias para brindar información precisa y respaldada por la evidencia.
Aquí, desmitificaremos algunos conceptos comunes y destacaremos la importancia de comprender los beneficios reales de la lactancia materna.
Descubriremos cómo la información precisa puede empoderar a las madres, fomentando una toma de decisiones informada y un apoyo más sólido a lo largo de esta trascendental etapa.
Mitos y verdades.
1. “La madre debe tomar mucha leche para producir leche materna”.
Esto en realidad es falso ya que no hay evidencia científica que respalde la idea de que el consumo de leche en grandes cantidades tenga un impacto significativo en la cantidad y calidad de la leche materna.
La producción de leche está influenciada por diversos factores, como la frecuencia de la lactancia y el bienestar general de la madre, más que por la ingesta específica de un tipo particular de alimento.
2. “Consumir cerveza incrementa la producción de leche y su calidad”.
Aunque algunas personas creen que el consumo de cerveza puede aumentar la producción de leche, la realidad es que este mito es falso ya que el alcohol presente en la cerveza puede tener efectos negativos en la lactancia.
El alcohol disminuye la secreción de oxitocina, crucial para la expulsión de la leche, y, por el contrario, aumenta la prolactina, lo cual puede afectar la salida de leche entre un 10% y 15%.
Por lo tanto, es recomendable evitar el consumo de alcohol durante la lactancia para mantener una producción y calidad óptimas de leche materna.
3. “La madre debe seguir una dieta especial (comer el doble) para aumentar la producción de leche”.
Aunque es cierto que los requerimientos nutricionales durante la lactancia son mayores que durante la gestación, la noción de que la madre debe duplicar su ingesta calórica es incorrecta.
La cantidad necesaria de calorías varía según factores individuales como el peso, la edad, el nivel de actividad física y el metabolismo de la madre.
En lugar de enfocarse en comer el doble, es más beneficioso seguir una dieta equilibrada y nutricionalmente rica para garantizar una producción de leche óptima y el bienestar general de la madre y el bebé.
4. “La LM aumenta la caída del cabello”.
Este mito puede considerarse como verdadero ya que después del parto, es común experimentar una mayor caída del cabello, y esto puede estar relacionado con la lactancia materna.
Durante el embarazo, se observa un aumento en la proporción de cabellos en la fase de crecimiento (anágena) en comparación con los que están en la fase de reposo o caída (telógena), debido a la estimulación de los estrógenos.
Sin embargo, después del parto, la concentración de esta hormona disminuye, lo que puede llevar a un fenómeno conocido como “efluvio telógeno”, una caída repentina del cabello que suele ocurrir aproximadamente de 1 a 4 meses después del parto.
5. “La LM aumenta el grado de miopía”.
No hay evidencia que respalde la idea de que la lactancia materna esté vinculada al aumento del grado de miopía en la madre.
Esta teoría carece de fundamentos científicos, y hasta el momento, no se ha identificado un origen claro para esta creencia.
Es importante reconocer que la miopía puede estar influenciada por diversos factores genéticos y ambientales, pero la lactancia materna no ha sido identificada como uno de ellos.
En consecuencia, no hay razón para sostener que la lactancia materna tenga un impacto negativo en la salud visual de la madre en términos de aumento de la miopía.
6. “Durante la LM la madre no debe realizarse radiografías y gammagrafías”.
Falso en el caso de radiografías. Los rayos X no se transfieren a la leche materna ni modifican sus características.
Además, otras pruebas de diagnóstico por imágenes, como la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética, tampoco generan riesgos para el lactante.
Verdadero en el caso de gammagrafías: Dependiendo de los isótopos utilizados y las dosis administradas, la madre podría continuar lactando normalmente después de una gammagrafía.
No obstante, en algunas situaciones puede ser aconsejable suspender temporalmente la lactancia y desechar la leche producida durante unas horas o incluso días, para minimizar la exposición del lactante a sustancias radiactivas.
Es crucial seguir las indicaciones específicas proporcionadas por el profesional de la salud que realiza la gammagrafía.
7. “Durante la LM la madre no puede tener relaciones sexuales porque la leche se deteriora”.
Tener relaciones sexuales no interfiere en la producción ni en la calidad de la leche materna. No hay evidencia científica que respalde la idea de que las actividades sexuales de la madre tengan algún efecto negativo en la leche que produce para su bebé.
La lactancia y la actividad sexual son aspectos independientes, y la madre puede llevar una vida sexual normal sin que ello afecte la lactancia materna.
8. “La LM se debe suspender si la madre queda embarazada”.
Aunque erróneamente se ha creído que la lactancia durante el embarazo puede provocar contracciones uterinas y resultar en un aborto espontáneo debido a la liberación de oxitocina estimulada por el lactante, esta idea ha sido desmentida en numerosos estudios.
No hay evidencia concluyente que respalde la interrupción de la lactancia materna durante el embarazo. En muchos casos, las mujeres pueden continuar amamantando a su hijo mayor sin poner en riesgo la salud del feto en desarrollo.
Sin embargo, es fundamental que la madre discuta su situación con su profesional de la salud para recibir orientación personalizada basada en su historial médico y circunstancias individuales.
9. “La LM se debe suspender si la madre tiene pechos pequeños, cirugías previas de mamas o pezones planos o invertidos”.
El tamaño de los senos no influye en los procesos de producción de leche materna.
Aunque algunas mujeres puedan tener un mayor contenido graso en las glándulas mamarias, el tejido glandular que produce la leche es prácticamente del mismo tamaño en todas las mujeres.
La clave para una adecuada producción de leche radica en una técnica de succión adecuada y la práctica de la lactancia a libre demanda. Incluso en casos de cirugías previas de mamas o pezones planos o invertidos, existen diversas técnicas y recursos, como el uso de pezoneras, que pueden facilitar la lactancia exitosa.
La adaptabilidad y paciencia son más importantes que las características anatómicas específicas de los senos.
10. “El tabaco no le hace mal al bebé mientras la madre no fume cerca de él”.
Contrario a esta creencia, la nicotina se absorbe a través de las mucosas, lo que significa que los lactantes están altamente expuestos al tabaco a través de la leche que consumen cuando su madre es fumadora.
La presencia de nicotina en la leche materna puede aumentar el riesgo de infecciones en el bebé, así como provocar irritabilidad, cólicos y síndrome de abstinencia.
Es esencial destacar que el tabaco tiene efectos perjudiciales más allá de la proximidad física al bebé, y la mejor opción para la salud del lactante es que la madre evite fumar durante la lactancia para minimizar los riesgos asociados.
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Bibliografía:
- Vargas-Zarate, Melier, Becerra-Bulla, Fabiola, Balsero-Oyuela, Sandra Yineth, & Meneses-Burbano, Yuleidy Sandaly. (2020). Lactancia materna: mitos y verdades. Artículo de revisión. Revista de la Facultad de Medicina, 68(4), 608-616. Epub January 16, 2021.https://doi.org/10.15446/revfacmed.v68n4.74647